Al menos dos personas murieron y 25 resultaron heridas el viernes por disparos de la Policía de Manipur, noreste de India, cuando una multitud asaltó las oficinas de la Jefatura de Policía y de la Administración del distrito de Churachandpur un día antes.

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La violencia fue provocada por la orden de suspensión liberada por un agente de Policía contra  otro agente de la comunidad Kuki, tras ser acusado de aparecer en redes sociales fotografiado junto a lo que parecían «malhechores armados», hecho catalogado por sus superiores como «una falta muy grave al tratarse de un miembro de una fuerza disciplinada».

Tiempo más tarde, sobre las 19.30 horas (hora local), varios centenares de personas irrumpieron en la oficina del jefe de Policía del distrito para exigir la revocación de la orden. Durante las protestas, se violaron y saquearon las oficinas de otros jefes civiles y policiales del distrito, prendiéndole fuego también a varios vehículos pertenecientes a las fuerzas de seguridad.

El Departamento del Interior asintió que «Existe un peligro inminente de pérdida de vidas y daños a la propiedad pública o privada, y perturbaciones generalizadas de la tranquilidad pública y la armonía comunitaria como resultado de material incendiario y falsos rumores».

Fuentes oficiales reportaron la muerte de más de 200 las personas por actos de violencia étnica en Manipur desde mayo del año pasado, 21 de ellas en los últimos 45 días.

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